Hace tiempo empecé a hacer algunos cambios en mi vida. Cada
vez veía más noticias sobre animales marinos que se asfixiaban por comer
plástico o se quedaban atrapados en bolsas, playas con olas de basura, zonas en
las que no se puede respirar por la contaminación, y animales que se quedan sin
hogar por la deforestación.
Me pregunté si yo podía hacer algo para cambiar todo eso y
comencé a investigar y a leer libros sobre ese tema. He aprendido muchas cosas,
pero lo más importante es, que para comenzar un cambio, hay que conocer las
razones por que las que hay que hacer ese cambio.
En mi caso lo hago por mi misma y mi salud, por los que me rodean, por los árboles y
ríos, por el planeta y por las personas que han llegado al mundo hace
poco y las que todavía no han llegado, porque esas personas tienen el mismo
derecho que nosotros de vivir en un mundo limpio, sin tóxicos y sin
contaminación. No podemos seguir viviendo como si todo fuera eterno, como si lo
que tiramos al cubo de la basura desapareciera para siempre y no tuviera ningún
impacto.
No vamos a hacer que todo cambie de la noche a la mañana,
pero cada vez hay más personas concienciadas con esto. Es un largo camino, pero
no es difícil ni imposible, y mientras más seamos antes lo lograremos, porque
entre todos podemos cambiar el modelo de consumo. Si dejamos de comprar ciertas
cosas por contener sustancias tóxicas, o por estar envasadas en plástico, el
productor tendrá que cambiar esas sustancias por otras que no sean tóxicas y
envasar sus productos con otros materiales más sostenibles.
Hay muchas más formas de reducir nuestro impacto en el medio
ambiente, pero yo os hablaré sobre todo de estos 4 aspectos:
1. Reducir residuos.
¿Cómo podemos hacer esto? Dejando de utilizar objetos de un
solo uso, como vasos y platos de plástico, papel de aluminio y film
transparente. Estos últimos se pueden sustituir por tapas de silicona,
envoltorios de cera de abeja y de tela.
2. Usar cosméticos sin tóxicos.
Esos tóxicos además de hacer daño al medio ambiente, también
nos hacen daño a nosotros. Es mejor optar por marcas naturales, y leer siempre
la lista de ingredientes. Si pone con letras grandes “CREMA FACIAL DE ALOE
VERA” mira en los ingredientes si de verdad es de aloe vera. Están ordenados de
mayor a menor cantidad. Así que una crema facial de aloe vera que esté
compuesta en mayor medida de derivados del petróleo y que el aloe vera aparezca
casi al final de la lista no es ni natural ni de aloe vera.
3. Limpiar sin ensuciar el planeta.
Este punto es importante, porque la gran mayoría de
productos de limpieza son tóxicos y no son biodegradables, igual que los
cosméticos. El agua siempre vuelve al lugar de donde proviene, y todos esos
químicos tóxicos acaban en el agua, las plantas y los animales que los
ingieren, y todo eso vuelve a nosotros en forma de comida. Esto incluye a los
detergentes, blanqueantes y suavizantes.
4. Evitar el plástico.
Está muy bien reciclar, pero la verdad es que no todo el
plástico puede reciclarse y aunque se recicle, lo hace a una forma de menor
calidad. Es mejor comprar productos envasados en vidrio que sí se recicla, y
además puedes reutilizarlos.
Si todavía no tienes bolsas reutilizables, no solo para la
compra en general, también para las frutas y verduras, ¿a qué estas esperando?
Este es un paso importante, y en mi opinión, uno de los más fáciles.
A lo largo de este viaje compartiré todos mis conocimientos
con vosotros y os ayudaré si tenéis dudas.
Espero haber despertado vuestro interés. Siempre podréis volver aquí y contactar conmigo para cualquier duda que tengáis.
¡Nos vemos pronto!
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